martes, febrero 14, 2006

Tematizar la investigación bibliotecológica: V. La tematización de las prácticas bibliotecarias

La Bibliotecología, en tanto que práctica social, ha de ser pensada en contexto social, es decir, desde una situación social localizada y específica, constituida por un marco de valores, representaciones simbólicas, mentalidades, cosmovisiones, esto es, el ámbito de una realidad compleja en construcción dinámica y permanente y, sin embargo, dotada de una identidad sobre la cual se establecen las relaciones comunitarias e intersubjetivas.

Las prácticas bibliotecarias contribuyen significativamente a la realización del sentido de humanidad en las comunidades, es decir, hacen parte de las prácticas socioculturales que históricamente posibilitan que se habite humanamente el mundo.

Éstas prácticas bibliotecarias exigen la toma de posición política en los contextos específicos de acción, pero para esto se ha tomar conciencia de la necesaria interdependencia con todas las esferas del saber, con otras prácticas sociales, con los valores que determinan una época y con las situaciones políticas que enmarcan la lucha por el poder.

La teoría bibliotecológica sólo tiene sentido en las prácticas bibliotecarias y éstas son validadas y legitimadas por las comunidades de lectores, es decir, por quienes hacen parte de la vida comunitaria, intersubjetiva y comunicativa. Porque en última instancia la Bibliotecología como una localidad de saber, como un conocimiento disciplinar, tiene que contribuir con sus prácticas a una efectiva realización del ser humano, a potenciar la vida de la comunidad, a posibilitar una vida satisfactoria desde el papel específico que la sociedad le ha encargado.

Si las prácticas bibliotecarias se diseñan a partir del saber bibliotecológico, la construcción de este saber parte del conocimiento de la tradición cultural en el sentido hermenéutico, es decir, desde la comprensión del contexto sociocultural y político, desde el reconocimiento de los ideales y proyectos de vida social que los sujetos se han propuesto de forma tácita o explícita, para llegar al consenso intersubjetivo entre los bibliotecarios y de estos con la comunidad de usuarios lectores, en torno a las acciones y al papel cultural que ha de desempeñar la biblioteca en su contexto.

Respecto a la finalidad a que se orientan las prácticas bibliotecarias, podemos afirmar que la comprensión del fenómeno comunicacional que ocurre en el lugar bibliotecario, se dota de sentido en el contexto en el que ha de aplicarse cuando se plantean prácticas alternativas y transformadoras de reproducción y recreación del conocimiento, las cuales se traducen en la formación del pensamiento crítico, autóctono, autónomo y creativo de los sujetos, a fin de posibilitar la intervención de sus problemas y la transformación de la realidad de su vida comunitaria, de manera racional y digna, lo que puede lograrse mediante el consenso intersubjetivo.

Un saber bibliotecólogo válido racionalmente podría llegar a constituirse a partir de la experiencia en la práctica bibliotecaria, de las vivencias que ocurren en la biblioteca, en tanto que se constituye en lugar de encuentro de la intersubjetividad y la interculturalidad, la cual se explicita en la construcción de un discurso que dé cuenta y que justifique estas prácticas mediante la racionalidad dialógica.