jueves, septiembre 01, 2005

Otra Bibliotecología es posible: las bibliotecas no son un mercado

Quizás, por andar soñando despiertos, vamos a chocarnos con muchas cosas, pero tenemos la certeza de que nuestros sueños son posibles, porque queremos ser más que un tropel de profesionales a la servidumbre de un mercado laboral que nos pone como un rubro más junto con las máquinas, los muebles, los estantes y los materiales bibliográficos; porque queremos andar por encima de la estupidez y la desgracia que este sistema asimétrico y desalmado nos ofrece cuando quiere convertir nuestro mundo en un campo de guerra. Porque decidimos aprender a pensar, a actuar y a ser como intelectuales autónomos, críticos, libres y soñadores de un mundo mejor, como actores y creadores de otra realidad en la que se consideren seriamente la justicia social, los derechos humanos, la libertad ciudadana, la identidad cultural, el libre acceso a la información, la alfabetización crítica y la formación de comunidades de lectores y ciudadanos capaces de construir y valorar nuestro propio futuro.

Porque estamos presenciando una realidad enferma, un proyecto de mundo que nos excluye, sospechamos de las ideologías y los valores que nos quieren poner a recitar acríticamente una falsa sociedad del conocimiento, y esa sospecha nos conduce necesariamente a revisar lo que pensamos, lo que tenemos, lo que hacemos y lo que somos, y a descubrir lo que no pensamos, lo que no tenemos, lo que no hacemos y lo que no somos, para proyectar lo que queremos pensar, lo que queremos tener, lo que queremos hacer y lo que queremos ser en correspondencia con la aspiración de todo ser humano y de toda sociedad: ser más. Queremos hacer nuestra propia obra, construir nuestra propia realidad desde nuestra misión bibliotecaria.

Porque nos hemos dado cuenta de que durante más de cinco siglos hemos sido colonizados y amaestrados para no vernos, y porque al hacernos conscientes es nuestra responsabilidad encargarnos de cambiar lo que no nos parece bien, entonces vamos a emprender el caminos de aprender a vernos y a trabajar por el sueño de hacer de nuestro mundo un lugar mejor para la vida, no para la guerra y la muerte.

Sabemos que es posible crear otra forma de habitar el mundo que no sea bajo el imperio de la codicia y la guerra. Porque no es posible seguir padeciendo esta realidad en la que prevalece la lógica de la guerra, queremos encargarnos desde nuestro quehacer intelectual como bibliotecólogos, de soñar y hacer realidad otra realidad donde no impere el miedo y el terror creado, controlado y dosificado por grupos poderosos que sólo buscan ampliar su dominio.

En esta época de destrucción es necesario que empecemos a preparar lo que viene, el tiempo de la búsqueda y el tiempo de la construcción, es necesario que empecemos a recuperar lo recuperable entre lo destruido y a preparar el provenir que queremos.

Tenemos la seguridad de que es posible cambiar para mejorar la parte de este mundo que nos corresponde mediante las prácticas de una bibliotecología social y política.